Los hombres primitivos preparaban
hogueras dentro y fuera de las cuevas
para calentarse.
Más tarde construyeron chimeneas.
El humo se va por un tubo hacia
arriba, así no molesta dentro de
las casas.
Las estufas pueden ser de leña,
carbón o de otros materiales
que se colocan dentro y que
arden con facilidad.
Hoy en día, además de calentarnos
con chimeneas y estufas,
usamos radiadores y aparatos
eléctricos que calientan todas las
habitaciones.