La tarde caía
triste y polvorienta.
El agua cantaba
su copia plebeya
en los cangilones
de la noria lenta.
Soñaba la mula,
¡ pobre mula vieja !,
al compás de sombra
que en el agua suena.
Latarde caía
triste y polvorienta.
Yo no sé qué noble,
divino poeta,
unió a la amrgura
de la enterna rueda
la dulce armonía
del agua que suena.
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